viernes, 24 de septiembre de 2010

Apología, un año después

Si fumas mota, si tienes affaires, si te gusta la fiesta y el vino, si cuando hace calor te dan ganas de una cerveza, si la gente que te rodea no parece realmente de su edad cronológica, si quieres despertar a las 12 de la mañana en un día en el que normalmente la gente trabaja, si no quieres lavar los trastes, si tu mente piensa la mitad del tiempo en sexo, si tus amigos no se han casado, si no tienen casa propia, si eres dispersa e irregular, si no has ahorrado lo suficiente como para despreocuparte de tu vejez, si no sabes hacer arroz, si te cuesta trabajo pensar qué harás en un futuro, si pierdes el control, si no te importa tener el mismo auto, si es un halago pasar por menos años aunque tengas treinta y tantos, si no te gusta que te traten como niña, si no envidias a quienes nacieron en los ochenta, si no te gusta hacer el papel de mamá porque hay alguien que lo lleva en las entrañas, si no tienes la vida comprada, si vives al día, si tus amigos usan drogas duras y no tan duras, si odias las bodas, los baby showers, bautizos y despedidas de soltera, si la edad te ha vuelto un cínico o un viejo lobo de mar, si no te gusta maquillarte, si no sabes andar en tacones, si le temes al mar, si tus sueños te agobian, si vas al psicoanálisis, si te emborrachaste e hiciste desfiguros, si no te hallas con los posers ni con los doble moral y menos con los doble cara, si te cuesta trabajo decir lo qúe te molesta, si tu cuarto está hecho un asco, si dejas pelos regados como alfombra, si estás flaca, si estás gorda, si caminas chueco, si extrañas al hombre con quien pensabas que ibas a estar siempre y no soportas que haya alguien más en su vida, si en lugar de comprar latas de atún compras botellas de vino de oferta, si a veces te portas como niña, si te gustaría tener una aventura con un escritor, un músico o un fotógrafo, si quieres vivir en otro lado y dedicarte al goce, si prefieres viajar a comprar una casa, si no tienes seguro de vida, si prefieres una hora de lectura que de quehacer, si no soportas toparte con un enfermo de cáncer en un hospital, si dudas de la gente que dice ser completamente feliz, de los hombres con bigote y de quienes se refugian en doctrinas que no siguen de raíz, si te angustias al encontrar arrugas en tu rostro, si usas botes de yogur como tuppers, si te asumes como desapegada y sólo tienes libros, discos, plantas y dos ollas, si te dan miedo los juegos mecánicos, si te pones en el mismo papel que tu sobrino de cinco años, si no te importa recibir a tus amigos aunque la casa esté empolvada, si se te da más escribir que hablar, si escuchas música rara, si vomitaste en el baño de algún desconocido, si robabas libros cuando ibas en la universidad, si vas a besar varios sapos en el transcurso de tu vida hasta toparte con quien desees, si aún no has definido un proyecto de vida, si odias que alguien diez años menor que tú ose llamarte inmadura por el hecho de no cuadrar dentro de sus estándares, si te pones a escribir tu propia justificación por la cual te consideras una mujer, si no absolutamente madura, sí lo suficiente como para hacer su propia apología.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Pese a las múltiples fracturas, hay un deseo escondido de cicatrización, de borrar los daños secundarios. Esa memoria que a veces vuelve a dañar el alma y a recordarnos quiénes somos.
Hoy no quiero pasado, preferiría conjugarme en presente indicativo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Sopa de letras


A punto estaba de que lo reprobaran por no saber leer. Entonces, su madre decidió darle sopa de letras con la esperanza de que el amor por las palabras le entrara por la boca.
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