La bicicleta me ha equilibrado de un año a la fecha. Estoy sorprendida de mi reacción ante el fracaso con R. En otras circunstancias quizá estaría melancólica. Pero resulta que estoy bien y que cada que tomo el manubrio pienso como equilibrar mi vida sin bajarme de la bici (cada vez pemanezco más tiempo suspendida en los semaforos).
La bicicleta me ha dado fuerza, incluso entereza cuando pienso que voy a claudicar. Pero resulta que no me gusta poner los pies sobre la tierra, que prefiero estar en el aire y a veces no pisar la realidad. Creo o más bien estoy segura de que mi bici y yo ya somos cómplices, pasamos a otro nivel, al que nunca pude llegar con R.
Hola… extrañado también por este texto.
ResponderEliminarPresiento que tu bici y tú pronto descubrirán que son pájaros, mariposas o hasta luciérnagas.
saludos a tu singular belleza
Hola. Mi bici es la onda y soy muy feliz con ella. Gracias por leerme.
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