domingo, 4 de enero de 2015

La voz de los barcos



Ver un barco en el mar es tan sorprendente como ver un avión en el cielo.  Uno ha "domado" de cierta forma las aguas del mar, otro, las nubes, aunque nunca se sabe. Oír la voz de los barcos me puso la piel chinita, incluso salieron unas cuantas lágrimas. Era como escuchar una voz suprema, una voz grave que salía desde lo más profundo, que logró acallar al viento, a las olas del mar, a los enamorados, incluso a los animales del mar.
La voz de los barcos retumbó, anunció los adioses y las bienvenidas.

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